Si ansías conocer el llamado viejo mundo, pero no sabes por dónde empezar, aquí te traemos unas ideas. Hay un montón de ciudades preciosas y por supuesto que todas son deslumbrantes. Sin embargo, a veces no hay mucho tiempo ni presupuesto y hay que tomar decisiones difíciles. Tienes que pisar varias de ellas sí o sí, pero entre las más famosas, ¿cuáles valen muchísimo la pena? Aquí te lo decimos, con este ranking de cinco ciudades imperdibles en Europa.
1. Praga
La capital de la República Checa es un lugar que maravilla de noche y de día. Uno de sus principales atractivos es el reloj astronómico medieval, que ofrece un espectáculo animado cada 60 minutos al marcar el cambio de hora. Al caminar entre sus calles con el sol arriba, descubrirás que resplandecen colores dorados que hacen ver su arquitectura aún más hermosa. Sus entrecalles con subidas y bajadas te darán una caminata que disfrutarás un montón. También deberás hacer un recorrido hasta la Torre de Observación de Petřín, una torre de observación que tiene un parecido a la Torre Eiffel parisina. Y si disfrutas las edificaciones imponentes, una visita obligada es la catedral amurallada de San Vitus.
Tienes que conocer a su personaje animado favorito, Krtek el Topo, el «Mickey Mouse» checo. Sus souvenirs son una monada.
2. Brujas
Este es un destino obligado que te hará sentir que los cuentos de hadas que te contaban cuando eras peque, cobraron vida. Sus calles adoquinadas y sus puentes empedrados son todo un sueño. Escucha los repiques del campanario de Brujas que te despertarán mientras vas en camino a la Basílica de la Santa Sangre, y luego camina por el pasadizo conocido como el Callejón del Asno Ciego. Este último tomó su nombre del burro que tiraba un molino mientras sus ojos permanecían cubiertos para no distraerse de su tarea.
Si vas con tu amorcito, o aunque seas un corazón solitario, necesitas ir Minnewater park o lago del amor, el sitio más romántico de la ciudad. Como advertencia, mejor que sea con luz natural… No vaya a ser que escuchas o sientas cosas raras.
3. Berlín
Alemania puede ser un lugar del que no escuchamos tanto, o no nos atrae demasiado sobre ciudades como París o Londres, sin embargo, tiene su encanto. Da una vuelta por la puerta de Brandenburgo que hace años daba acceso y ahora es un monumento histórico. Acude al Memorial de los Judíos Asesinados en Europa, que es un recordatorio de los actos que debemos dejar en el pasado, pero jamás olvidar. Y conoce más de la historia de Berlín recorriendo su muro, y llenando tus pupilas de color con el East Side Gallery; tienes que poner atención a todas las intervenciones que tiene como pegas.
Si eres de corazón valiente, toma un tren a Brandenburgo y visita el Campo de concentración de Sachsenhausen, donde se sienten y se piensan muchas cosas entre los inmuebles y artículos materiales.
4. Roma
Una parada de excelencia. Si ya estás ahí, tienes que ir a La Cannolería Siciliana, probar los cannolis y postres que están más que deliciosos. Por supuesto que es de a fuerzas entrar al Coliseo y percibir la vibra tan fuerte que alberga. Ve a la Fuente de Trevi y confíale tus deseos más secretos y profundos. Asómbrate con el Altar de la Patria y conoce la curiosa historia que hay detrás de su creación. Y hasta un favor y acude al Foro Romano, que en medio de esos restos que aparentan ser disconexos, crean una gran armonía.
Cómete una pasta y saborea un helado con pana, ¡uffff!
5. Ámsterdam
Para cerrar este top, una ciudad en Países Bajos famosa por su libre y fácil acceso a cierta hierba, *guiño, guiño*. Pero qué tal dar un paseo en bicicleta, o ir al Museo de Van Gogh para admirar las obras de este reconocido pintor. Los autorretratos que hizo son una joya. Llénate en corazón con sus canales y la música en vivo que te puedes encontrar en las calles. Si eres lo suficientemente observador, encontrarás varias intervenciones urbanas en sus muros.
Y por supuesto, ve a la Casa de Ana Frank, pero asegúrate de adquirir las entradas con tiempo, sino quieres quedarte fuera de esta experiencia.
